CIUDAD DEL VATICANO.- Dos
altos investigadores del Vaticano llegarán a México en marzo para
recabar datos y testimonios sobre la pederastia clerical en el segundo
país con mayor población católica del mundo que lleva años acumulando
denuncias de abusos y encubrimientos por parte de sacerdotes.
De
acuerdo a un comunicado de la Santa Sede emitido el lunes, la misión
tendrá lugar del 20 al 27 de marzo y la formarán monseñor Charles
Scicluna, arzobispo de Malta y secretario adjunto de la Congregación
para la Doctrina de la Fe, y monseñor Jordi Bertomeu.
Ambos religiosos
formaron parte de una comisión similar que fue enviada a Chile en 2018 y
que supuso tal exposición de la jerarquía religiosa del país
sudamericano, que todos los obispos chilenos en activo pusieron su cargo
a disposición de la Iglesia.
Los
funcionarios de la Santa Sede enfatizaron que no se trata de una
comisión de investigación sino de una “misión de asistencia” que ayudará
la Iglesia mexicana a combatir los abusos sexuales en su seno.
No
obstante, la nunciatura en México indicó que durante todos los días en
que los enviados del papa Francisco estén en el país, la misión “estará a
disposición de los que quieran contactarla para compartir sus
experiencias” a quienes ofrece total confidencialidad y privacidad para
hacerlo.
Scicluna
y Bertomeo llegaron a Chile hace dos años supuestamente para investigar
un único caso de encubrimiento pero se quedaron impactados al ver cómo
más de 60 víctimas se acercaron a ellos para confesarles una amplia gama
de testimonios sobre abusos y horrores a lo largo y ancho del país, con
los que elaboraron un informe de 2.600 páginas.
Este
documento fue vital para que el papa Francisco reconociera que había
minusvalorado el problema de la pederastia y el encubrimiento en el seno
de la Iglesia.
El jesuita argentino pidió perdón por ello y puso en
marcha algunas medidas para que los obispos tuvieran que rendir cuentas
cuando hubiera denuncias sobre este tipo de delitos.
La
conferencia episcopal mexicana indicó en un comunicado que fueron ellos
quienes solicitaron el envío de la comisión en beneficio de los menores
y de los sectores más vulnerables del país.
“Confiamos
en que servirá para mejorar la respuesta a estos casos, buscando la
acción de la justicia civil y canónica bajo el principio de ‘tolerancia
cero’ para que ningún caso quede impune en nuestra Iglesia”, agrega el
comunicado.
Scicluna
y Bertomeo mantendrán reuniones con los obispos mexicanos, los
superiores de las las órdenes religiosas y con las víctimas que quieran
hablar con ellos.
Su
misión llega cuando la jerarquía eclesiástica mexicana empieza a
reconocer el problema, aunque no de la forma en la que las víctimas
desearían. En enero, reconocieron que investigan a 271 sacerdotes por
abusos sexuales en los últimos diez años pero sólo 155 de estos casos
han llegado a las fiscalías correspondientes. No ofrecieron cifras de
cuantos menores pudieron ser víctimas de todos estos religiosos.
Los
políticos mexicanos también empiezan a tocar un tema que nunca se quiso
abordar de forma seria por las autoridades debido al enorme poder e
influencia de la Iglesia Católica en el país por mucho que se declare un
Estado laico.
Sin embargo, este año la Cámara de Diputados aprobó una
propuesta para evitar que prescriba el delito de abusos sexuales a
menores, una iniciativa que todavía tiene que votar el Senado pero que
previsiblemente logrará salir adelante. La Conferencia Episcopal
Mexicana se manifestó a favor de ella.
Más
difícil es que pueda ver la luz, al menos en el corto plazo, la
propuesta que llevaron al Senado dos legisladores de Morena, el partido
del presidente Andrés Manuel López Obrador, para la creación de una
“comisión de investigación independiente” para los casos de pederastia
clerical, una idea que tanto activistas de derechos humanos como las
propias víctimas alabaron.
De
momento, no hay calendario previsto para debatir el tema y Ricardo
Monreal, coordinador de los senadores de Morena, el partido con mayoría
en la cámara, no se mostró a favor de la misma.
México
es el segundo país con más católicos después de Brasil y el Vaticano es
muy consciente desde hace tiempo de que el número de abusos denunciados
son solo una fracción de lo que puede ser la realidad total.
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