domingo, 31 de marzo de 2019

"A los católicos que rechazan a los inmigrantes les pido coherencia", dice el Papa



CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco ha admitido que se equivocó cuando afirmó que todo feminismo acaba siendo un machismo con faldas, una afirmación que pudo oírse durante una de sus intervenciones ante la Cumbre Antipederastia que se celebró el pasado mes de febrero.

Así lo ha admitido en la entrevista con Jordi Évole para el programa televisivo  ‘Salvados’, de La Sexta española, en la que ha asegurado que fue una frase pronunciada en un momento de “mucha intensidad” y en clave positiva, después de escuchar el testimonio de una mujer que justo iba en la línea que a él le gustaba.
En este sentido, admite que se fue al feminismo “un poco más de protesta” y ha querido corregir su frase inicial. 
“La frase justa es: Todo feminismo puede correr el riesgo de convertirse en un machismo con pollera (falda). La otra me equivoqué, fue una equivocación del momento, no porque lo piense así. Por eso, hay que discernir bien las actitudes” ha puntualizado.
En la extensa entrevista, en la que el pontífice ha respondido sobre cuestiones sociales, políticas, morales y asuntos internos de la Iglesia católica, han habido varios instantes para la autocrítica. 
El Papa ha sostenido que la institución debe pagar por todos aquellos bienes que no estén dedicados al culto, algo que hace la Iglesia en Italia desde 2012 pero no en España: “los hombres de Iglesia son ciudadanos y tienen que cumplir con todos sus derechos de ciudadanos” ha dicho.
El pontífice ha explicado que en aquellos espacios destinados al culto o al bien social, como una oficina de Cáritas, “es obvio que se debe hacer una exención”; pero por “todo lo que no sea culto, todo lo que no sea un bien común, hay que pagar impuestos”.
Y ha asegurado que no le “incomoda” hablar de pobreza en el Vaticano: “Yo vivo en un museo y lo más aburrido es vivir en un museo”, ha respondido.
Aun así, Francisco ha admitido que en el Vaticano hay “mercaderes”: como en todos los sitios, “no se salva de los límites y de los pecados y de las vergüenzas de otras sociedades. Acá somos hombres y tenemos los mismos limites y caemos a veces en la misma cosa. El trabajo es ir limpiando”, ha enfatizado.
Pero él trata de que “esa limpieza se vaya haciendo sola” y “esto es muy lento”, ha afirmado admitiendo que “hay problemas en el Vaticano” para esto.
Al ser cuestionado por los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, Jorge Bergoglio ha explicado que “una época hay que interpretarla con la hermenéutica de esa época”.
 “No puedo interpretar la conquista de América con una hermenéutica de hoy, me tengo que ir a la de la época”.
Sobre este asunto “pasa lo mismo”, y hasta que “explotó” el escándalo de Boston, “la hermenéutica era la de que conviene tapar, evitar males futuros...”
Y “al tapar, se propaga, una vez que entra la cultura del destape, las cosas no se propagan”, ha proseguido el papa, quien ha animado a denunciar los casos que se produzcan.
Francisco ha dicho entender a las víctimas insatisfechas con los resultados de la cumbre de los presidentes de las conferencias episcopales en el Vaticano que finalizó en febrero.
”Yo les entiendo porque uno busca a veces resultados que sean hechos concretos en el momento. Por ejemplo, si yo hubiera ahorcado 100 curas abusadores en la Plaza de San Pedro es un hecho concreto, hubiera ocupado espacio. Y mi interés no es ocupar espacio, es iniciar procesos sanadores”, ha detallado.
Precisamente, “las cosas concretas” de la cumbre “fue iniciar procesos, y eso lleva su tiempo”, pero es la única manera “para que sea irreversible la cura”.
Al igual que “mercaderes”, el papa ha reconocido que en el Vaticano “hay chismorreo”, y “esto es lo peor que puede haber” porque “denigra a una persona”.
De la misma forma, ha admitido que la Iglesia ha jugado a veces con el miedo como hacen ahora algunas voces contra la inmigración: “es evidente, tenemos una historia que a veces nos avergüenza”, ha lamentado.
"A los católicos que rechazan a los inmigrantes "que lean el Evangelio, son católicos, que lo lean y que sean coherentes".
También ha hablado de homosexualidad: Jorge Bergoglio considera que “en teoría” no es una “rareza” tener un hijo homosexual, pero ha animado a los padres que empiecen a “ver cosas raras” en sus hijos a que “consulten, por favor, y vayan a un profesional” porque “ahí se verá a qué se debe, y puede ser que no sea homosexual”.
Así, ha querido matizar las polémicas declaraciones que hizo el verano pasado cuando recomendó recurrir a la psiquiatría a los padres que detectaran conductas homosexuales en sus hijos.
“Yo estaba explicando que nunca se echa de casa a una persona homosexual, pero hice una distinción que cuando la persona es muy joven y pequeña y empieza a mostrar síntomas raros, ahí conviene ir y yo dije psiquiatra, en ese momento te sale la palabra que te sale y encima en un idioma que no es el tuyo”, ha detallado el pontífice.
De aquello salió que los medios dijeran “El papa manda a los homosexuales al psiquiatra y no vieron lo otro, y eso es mala entraña”, ha censurado. 
Al ser preguntado por el periodista Jordi Évole si considera que “es una rareza” tener un hijo homosexual, Francisco ha respondido que “en teoría no”.
“Pero estoy hablando de un chico que se está desarrollando y los padres empiezan a ver cosas raras... Consulten, por favor, y vayan a un profesional, y ahí se verá a que se debe y puede ser que no sea homosexual, que se deba a otra cosa”, ha añadido.
En su opinión, “para una familia es raro, se escandalizan algo que no comprenden, algo fuera de lo normal... No estoy haciendo juicios de valor, estoy haciendo un análisis fenomenológico... Al menos que se saquen la duda con un profesional, tienen derecho a hacerlo”.
Y “una vez que la actitud homosexual está fijada, ese hombre o esa mujer homosexual tienen derecho a una familia, y ese papá y esa mamá tienen derecho a un hijo, venga como venga, y no se puede echar del hogar a ningún hijo o hija homosexual”, ha concluido.
Respecto a si le han permitido hacer todas las reformas que pretendía, Bergoglio ha dicho que nadie se le ha puesto “enfrente para impedirlo. Los mecanismos sociales no son fáciles de mover, pero la mayoría de la gente colabora bien”.
”En teoría” puede tener enemigos, pero precisa: “antes de declarar a uno enemigo, lo pienso veinte veces”.

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