CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa ha publicado tres documentos para prevenir, combatir y procesar judicialmente a quienes cometan abusos sexuales contra menores en el territorio del Vaticano y en otras dependencias pontificias alrededor del mundo, como las nunciaturas,
en los que establece la obligación de denuncia inmediata cuando se
tenga noticia del abuso bajo pena de multa o cárcel y la ampliación de
la prescripción de estos delitos hasta que la víctima cumpla los 38 años.
Además, amplía la categoría de adultos vulnerables,
cuyos casos deben ser tratados como los de los menores: “toda persona en
estado de enfermedad, deficiencia física o mental o privación de la
libertad personal que, de hecho, incluso ocasionalmente, limite la
capacidad de comprender o de querer o de resistirse a quien le ofende”.
También obliga a perseguir de oficio otros abusos contra menores, como
el maltrato.
“Estos actos refuerzan la protección de menores a través de la
potenciación del cuadro normativo. El Santo Padre desea que, también
gracias a estas normas que conciernen al Estado de la Ciudad del
Vaticano y la Curia Romana, madure en todos la conciencia que la Iglesia
deba ser cada vez más una casa segura para los niños y las personas vulnerables“, ha informado el director de la oficina de prensa del Vaticano, Alessandro Gisotti.
Para Gisotti la publicación de estos tres documentos es de “gran importancia” porque “responden a la exigencia de pasos concretos manifestada por el Pueblo de Dios en el enfrentar la plaga de los abusos a menores”.
Por su parte, en un artículo el director editorial de la oficina de
comunicación de la Santa Sede, Andrea Tornielli, ha declarado que la
nueva ley vigente en el Estado de la Ciudad del Vaticano y las dos
líneas guía pastorales son fruto de la cumbre antipederastia que reunió a
todos los presidentes de las Conferencias Episcopales a finales de
febrero.
“Se trata de leyes, normas e indicaciones muy específicas sobre todo para los destinatarios. Se restringe sólo al Estado del Vaticano donde trabaja un gran número de sacerdotes y religiosos pero hay muy pocos niños“, ha reconocido Tornielli.
El pontífice firma los tres documentos, aunque su firma era
indispensable solo en el Motu proprio. Francisco expresa en este
documento papal que “madure en todos la consciencia del deber de señalar
los abusos a las Autoridades competentes y de cooperar con ellas en la
actividad de prevención y contraste”.
Para Tornielli aunque estás leyes han sido pensadas para una
realidad “única en el mundo” donde la “máxima autoridad religiosa es
también el legislador”, contienen “consideraciones ejemplares” que son coherentes con los parámetros internacionales “más avanzados” en materia de protección de menores.
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