ABU DHABI.- En Emiratos Árabes Unidos (EAU), país situado en la cuna
del Islam, ha surgido una comunidad cristiana cada vez más numerosa que
crece con millones de extranjeros que residen y trabajan aquí, una
iglesia de inmigrantes y multicultural desconocida para muchos.
La primera visita del papa Francisco a EAU puede llamar la atención
sobre la existencia de esta comunidad católica, integrada principalmente
por filipinos e indios, tal y como desea para el padre Troy de los
Santos, vicario general del Vicariato Apostólico de Arabia del Sur.
"Creo que el mundo
católico no se da cuenta de que
existimos aquí, como una Iglesia migrante, de migrantes", explica el
religioso filipino, que llegó a EAU hace una década y ha visto cómo
los fieles de su país de origen han aumentado considerablemente hasta
llegar a ser los más numerosos.
El padre Troy oficia
misas en filipino, inglés y español en la Catedral de San José de Abu
Dabi, que fue inaugurada en 1983 y actualmente cuenta con unos 100.000
feligreses.
"El Gobierno nos otorga el espacio, el
complejo de la iglesia donde podemos celebrar nuestras liturgias y
nuestras costumbres", dice el religioso franciscano en su despacho,
presidido por una estatuilla del Santo Niño, venerado en Filipinas.
EAU está considerado uno de los países más abiertos y tolerantes hacia
los cristianos entre las monarquías conservadoras del golfo Pérsico,
donde se practica el islam ortodoxo wahabí.
Si bien
las leyes emiratíes permiten la construcción de iglesias, que no pueden
tener cruces en sus tejados ni campanarios, en dos de los siete Estados
que componen la federación no existe a día de hoy un templo cristiano.
Troy destaca que los cristianos tienen libertad para expresar su fe,
siempre y cuando sea dentro del complejo eclesiástico, ya que en el
espacio público está prohibido según la ley emiratí.
La única misa en español en Abu Dabi tiene lugar el primer sábado de
cada mes, algo que el sacerdote considera suficiente por el momento ya
que la comunidad hispanohablante, integrada sobre todo por
latinoamericanos, no es muy grande.
A las misas en
español acuden entre 200 y 300 personas, mientras que en las liturgias
en filipino, que tienen lugar dos veces por semana, hay hasta 3.000
fieles, detalla Troy para mostrar la diferencia.
La
comunidad católica hispana ocupa el noveno lugar, según Darío Malaver,
un colombiano residente en EAU desde hace más de diez años y encargado
de coordinar a este grupo de creyentes en la parroquia de San José de
Abu Dabi.
Malaver explica que en la ciudad las
iglesias de los diferentes cultos están ubicadas en el mismo lugar y
todas las comunidades se ayudan entre sí "siempre que lo necesiten, para
cualquier evento".
En este caso, todos se han
volcado con la visita del pontífice, la primera a la península arábiga y
que de alguna forma reconoce la importancia de esta comunidad de
aproximadamente un millón de cristianos, según datos de la iglesia
local.
Uno de ellos es
Alberto Gálvez, un médico
español que reside y trabaja desde hace dos años en EAU y que relata que
suele acudir con su familia a la Catedral de San José una vez
por semana, a la liturgia en inglés porque es la que más le conviene por
sus horarios de trabajo y sus dos hijos pequeños.
"Los españoles y los latinoamericanos somos minoría, por eso sólo hay
una misa al mes" en español, destaca, agregando no obstante que en EAU
puede practicar su fe sin restricciones junto a las demás comunidades.
"Sólo el hecho de poder participar en la misa y en la eucaristía es un
sentimiento de unión entre todos los cristianos", señala.
Gálvez había vivido anteriormente en Arabia Saudí y relata que "allí
no hay iglesias, no hay templos católicos", por lo que los fieles se
reúnen "de otra manera", pero rehúsa ofrecer más detalles por motivos de
seguridad.
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