CIUDAD DEL VATICANO.-
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos,
ha enviado una Carta circular a los Obispos sobre el pan y el vino para
la Eucaristía, en la que recuerda que las hostias sin nada de gluten
son materia inválida para la Eucaristía.
Por encargo del Papa Francisco, el documento exhorta "a vigilar sobre la calidad del pan y del vino destinados a la Eucaristía y, por tanto, a aquellos que los preparan" y, reiterando las disposiciones vigentes, sugiere algunas indicaciones prácticas.
"Las
hostias sin nada de gluten son materia inválida para la Eucaristía. Son
materia válida las hostias con la mínima cantidad de gluten necesaria
para obtener la panificación sin añadir sustancias extrañas
ni recurrir a procedimientos que desnaturalicen el pan", señala en
relación a las normas respecto a las personas que, por diversos y graves
motivos, no pueden tomar pan preparado normalmente o vino normalmente
fermentado.
Así, también señala que es materia válida para la Eucaristía el mosto, esto es, el zumo de uva fresco o conservado, cuya fermentación haya sido suspendida por medio de procedimientos que no alteren su naturaleza (por ejemplo el congelamiento).
Igualmente,
apunta que la materia eucarística preparada con organismos
genéticamente modificados puede ser considerada materia válida, al
tiempo que añade que "los que preparan el pan y producen el vino para la
celebración deben ser conscientes que su obra está orientada al
Sacrificio Eucarístico y esto pide su honestidad, responsabilidad y competencia.
Tras
recordar ante todo que "el pan que se emplea en el santo Sacrificio de
la Eucaristía debe ser ácimo, de sólo trigo y hecho recientemente, para
que no haya ningún peligro de que se corrompa", se señala que "es un
abuso grave introducir, en la fabricación del pan para la Eucaristía,
otras sustancias como frutas, azúcar o miel".
"Es claro
que las hostias deben ser preparadas por personas que no sólo se
distingan por su honestidad, sino que además sean expertas en la
elaboración y dispongan de los instrumentos adecuados", añade.
La Carta recuerda también que "el vino que se utiliza en la celebración del santo Sacrificio eucarístico debe ser natural,
del fruto de la vid, puro y sin corromper, sin mezcla de sustancias
extrañas. [...] "Téngase diligente cuidado de que el vino destinado a la
Eucaristía se conserve en perfecto estado y no se avinagre", añade al
tiempo que subraya que "está totalmente prohibido utilizar un vino del
que se tiene duda en cuanto a su carácter genuino o a su procedencia".
Por
otro lado, el documento pone de manifiesto que mientras que hasta
ahora, por lo general, algunas comunidades religiosas se ocupaban de preparar el pan y el vino para la celebración de la Eucaristía,
hoy se venden también en los supermercados, en otros negocios y a
través de Internet.
Por ello, el Dicasterio sugiere, "para no dejar
dudas acerca de la validez de la materia eucarística", que los
Ordinarios den indicaciones al respecto, por ejemplo, garantizando la
materia eucarística mediante certificados apropiados.
La Carta
está fechada el 15 de junio de 2017, Solemnidad del Santísimo Cuerpo y
Sangre de Cristo y está firmada por el cardenal Robert Sarah y por el
arzobispo Arthur Roche, prefecto y secretario, respectivamente, de la
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
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