CIUDAD DEL VATICANO.- Matthew
Festing, el Gran Maestre de la Orden de Malta, que ha estado enfrentado
con el Vaticano, ha renunciado a su cargo, según informa un portavoz de
la institución católica.
El portavoz ha indicado que el Gran Maestre dimitió después de que el Papa Francisco le pidiera su renuncia en una reunión esta semana. Los Grandes Maestres de la institución, fundada en el siglo XI, por lo general permanecen en el cargo toda la vida.
"El Papa le pidió que renunciara y él estuvo de acuerdo", explicó el portavoz y agregó que el siguiente paso sería una formalidad en la que el Soberano Consejo de la institución debería firmar la renuncia. La Orden sería dirigida por su número dos o el Gran Comendador, hasta que un nuevo líder sea elegido.
Festing y el Vaticano han estado confrontados desde que uno de los principales caballeros de la Orden, el Gran Canciller Albrecht Freiherr von Boeselager, fue despedido en diciembre porque permitió supuestamente el uso de preservativos en un proyecto médico para pobres.
Von Boeselager apeló la decisión ante el papa, quien nombró una comisión para estudiar las circunstancias inusuales del despido. Sin embrago, Festing se negó a cooperar, tachó a la comisión de ilegítima, la denunció por intervenir en los asuntos soberanos de la Orden, acusó a los miembros por un conflicto de intereses y creó su propia comisión interna.
Cuando Festing despidió a Von Boeselager, lo acusó de haber ocultado el hecho de que permitió el uso de condones cuando dirigía Malteser International, la agencia de ayuda humanitaria de la Orden. Von Boeselager y sus partidarios han asegurado que el tema del preservativo fue una excusa de Festing y el cardenal Raymond Leo Burke, un conservador que ha acusado al papa de ser demasiado liberal.
La Iglesia no permite el uso de condones como medio de control de la natalidad y sostiene que la abstinencia y la monogamia en el matrimonio heterosexual es la mejor manera de detener la propagación del sida.
La Soberana Orden de Malta, una de las órdenes más antiguas de la iglesia católica, confirmó hace dos semanas su oposición al papa Francisco, en un gesto inusual en su milenaria historia.
La entidad religiosa considera que debe "proteger su propia soberanía" ante lo que considera una injerencia del papa argentino, quien ordenó a la comisión investigar el reciente cese del ex gran canciller de la Orden, Albrecht Freiherr von Boeselager.
Se trata de un paso más en la guerra abierta lanzada por la influyente entidad conservadora, cuyos orígenes remontan a las Cruzadas, y que actualmente está presente en más de 120 países al administrar hospitales y dispensarios, con 12.500 miembros y 100.000 empleados y voluntarios.
El alemán Boeselager fue relevado el 8 de diciembre del cargo que ocupaba desde 2014 por haber tolerado la distribución de preservativos a personas en riesgo de contraer el virus del sida, explicaron medios católicos.
"La sustitución del canciller saliente es un acto administrativo interno de la Soberana Orden de Malta y hace parte de su jurisdicción", recordó en un comunicado la institución. Pese a que la entidad es considerada como un Estado y cuenta con sus propios pasaportes y cuerpo diplomático, para la Santa Sede es una organización religiosa que debe de alguna manera obediencia y respeto al Papa.
La negativa de von Boeselager a presentar su dimisión cuando se la pidieron sus superiores, entre ellos el cardenal ultraconservador estadunidense Raymond Burke, entre los grandes enemigos internos de Francisco, es uno de los temas de controversia.
Burke considerado entre los mayores críticos del papa argentino, fue alejado del Vaticano al ser nombrado como representante del papa en la Orden de Malta y desde allí lidera ahora la batalla contra el pontificado de Francisco.
El purpurado forma parte del grupo de cuatro cardenales que le pidieron a Francisco que corrija sus "errores doctrinales", pedido ignorado hasta ahora por el pontífice.
"El Papa le pidió que renunciara y él estuvo de acuerdo", explicó el portavoz y agregó que el siguiente paso sería una formalidad en la que el Soberano Consejo de la institución debería firmar la renuncia. La Orden sería dirigida por su número dos o el Gran Comendador, hasta que un nuevo líder sea elegido.
Festing y el Vaticano han estado confrontados desde que uno de los principales caballeros de la Orden, el Gran Canciller Albrecht Freiherr von Boeselager, fue despedido en diciembre porque permitió supuestamente el uso de preservativos en un proyecto médico para pobres.
Von Boeselager apeló la decisión ante el papa, quien nombró una comisión para estudiar las circunstancias inusuales del despido. Sin embrago, Festing se negó a cooperar, tachó a la comisión de ilegítima, la denunció por intervenir en los asuntos soberanos de la Orden, acusó a los miembros por un conflicto de intereses y creó su propia comisión interna.
Cuando Festing despidió a Von Boeselager, lo acusó de haber ocultado el hecho de que permitió el uso de condones cuando dirigía Malteser International, la agencia de ayuda humanitaria de la Orden. Von Boeselager y sus partidarios han asegurado que el tema del preservativo fue una excusa de Festing y el cardenal Raymond Leo Burke, un conservador que ha acusado al papa de ser demasiado liberal.
La Iglesia no permite el uso de condones como medio de control de la natalidad y sostiene que la abstinencia y la monogamia en el matrimonio heterosexual es la mejor manera de detener la propagación del sida.
La Soberana Orden de Malta, una de las órdenes más antiguas de la iglesia católica, confirmó hace dos semanas su oposición al papa Francisco, en un gesto inusual en su milenaria historia.
En
un comunicado divulgado en su página web, la orden confirmó que se
niega a cooperar con la comisión de investigación nombrada por el papa
argentino, informaron medios religiosos.
La entidad religiosa considera que debe "proteger su propia soberanía" ante lo que considera una injerencia del papa argentino, quien ordenó a la comisión investigar el reciente cese del ex gran canciller de la Orden, Albrecht Freiherr von Boeselager.
Se trata de un paso más en la guerra abierta lanzada por la influyente entidad conservadora, cuyos orígenes remontan a las Cruzadas, y que actualmente está presente en más de 120 países al administrar hospitales y dispensarios, con 12.500 miembros y 100.000 empleados y voluntarios.
El alemán Boeselager fue relevado el 8 de diciembre del cargo que ocupaba desde 2014 por haber tolerado la distribución de preservativos a personas en riesgo de contraer el virus del sida, explicaron medios católicos.
"La sustitución del canciller saliente es un acto administrativo interno de la Soberana Orden de Malta y hace parte de su jurisdicción", recordó en un comunicado la institución. Pese a que la entidad es considerada como un Estado y cuenta con sus propios pasaportes y cuerpo diplomático, para la Santa Sede es una organización religiosa que debe de alguna manera obediencia y respeto al Papa.
La negativa de von Boeselager a presentar su dimisión cuando se la pidieron sus superiores, entre ellos el cardenal ultraconservador estadunidense Raymond Burke, entre los grandes enemigos internos de Francisco, es uno de los temas de controversia.
Burke considerado entre los mayores críticos del papa argentino, fue alejado del Vaticano al ser nombrado como representante del papa en la Orden de Malta y desde allí lidera ahora la batalla contra el pontificado de Francisco.
El purpurado forma parte del grupo de cuatro cardenales que le pidieron a Francisco que corrija sus "errores doctrinales", pedido ignorado hasta ahora por el pontífice.
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