CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco instó hoy a
"cambiar las reglas de juego del sistema socio-económico" y criticó al
capitalismo porque continúa "produciendo gente descartada" a la que
luego esconde o intenta que sea invisible para la sociedad.
El pontífice criticó además la hipocresía del sistema económico vigente
cuando por ejemplo favorece destinar una pequeña parte del coste de un
billete aéreo a la plantación de árboles y tratar de compensar así la
contaminación de los aviones.
"Las empresas del juego financian campañas para cuidar a
los jugadores patológicos que crean. Y cuando la industria del
armamento pague hospitales para cuidar niños mutilados por sus bombas el
sistema habrá alcanzado la cima", dijo el papa.
El
pontífice habló así ante un grupo de empresarios en el Vaticano que
representa una iniciativa denominada "economía de la comunión", lanzada
hace 25 años por la fundadora del movimiento católico de los Focolares,
la italiana Chiara Lubich.
Los empresarios que forman
parte de esta iniciativa surgida en Brasil en 1991 se comprometen a
dedicar los beneficios obtenidos en su actividad a ayudar a personas con
problemas y difundir lo que denominan la "cultura de dar".
Hoy el papa recibió en el Aula Pablo VI del Vaticano a un millar de
representantes de esta iniciativa y ante ellos reconoció que actualmente
las hay tanto públicas como privadas en todo el mundo destinadas a
combatir la pobreza.
"Hoy hemos inventado otras
formas de atender, de alimentar, de enseñar a los pobres y algunas de
las semillas de la Biblia han florecido en instituciones más eficaces
que las del pasado", dijo el papa.
Y aludió a que el
principio en el que se basan los sistemas fiscales es precisamente el de
la solidaridad, "que resulta negado mediante el impago de impuestos y
la evasión fiscal que, antes de ser actos ilegales, son actos que niegan
la ley básica de la vida: el cuidado mutuo".
Jorge
Bergoglio aseguró a continuación que el capitalismo se enfrenta al
"dilema" de que promueve "la creación de gente descartada" y luego
intenta "ocultarla o asegurarse de que no se la vea".
En el encuentro celebrado en el Vaticano participó el empresario
español Alberto Mansilia, que gestiona en Valladolid una empresa de
tecnología en el sector de la automoción.
"La mayoría
de las empresas, sobre todo multinacionales, tienen como objetivo ganar
cuanto más mejor. Nuestro objetivo no es generar beneficios para los
propietarios de la empresa. Yo soy propietario de la empresa. Se premia
ante todo a la persona", dijo Mansilia.
La
"economía de la comunión", explica este empresario, es "una forma de
vida, de cómo llevar una empresa desde todos los puntos de vista" y en
la que el objetivo esencial "no es maximizar beneficios".
Otro de los asistentes al encuentro con el papa fue el cubano Ernesto
Figueredo Castellanos, profesor de Economía y natural de Camagüey que se
dedica a una gestora de negocios ayudando a impulsar proyectos.
"Intentamos crear una cultura emprendedora y empresarial en Cuba porque
durante muchos años casi todo el mundo trabajó para el Estado y por
supuesto que se fue perdiendo", lamentó Figueredo.
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