MADRID.- Álvaro del Portillo, sucesor de Escrivá de Balaguer al frente del
Opus Dei entre 1975 y 1994, fue beatificado este fín de semana en una ceremonia
religiosa a la que asistieron más de 200.000 personas, según la
organización, y en la que estuvieron los ministros de Justicia, Jorge
Fernández Díaz, y de Economía, Luis De Guindos, ambos vinculados a la
Obra. Del Portillo, mano derecha del fundador del Opus, sube a los
altares 20 años después de su muerte.
Fieles de 80 países se dieron cita en todo el mundo para presenciar
una misa presidida por el enviado del Papa Francisco, el cardenal Angelo
Amato, en compañía del prelado del Opus Dei, Javier Echevarría y del
administrador apostólico de Madrid, Rouco Varela.
En una avenida de Valdebebas, barrio de la periferia de Madrid, los
simpatizantes del Opus Dei escucharon el mensaje del Pontífice, quien
les exhortó a seguir una «vida humilde al servicio de los demás» y a «no
tener miedo de ir a contracorriente.
Recorrió muchos países fomentando
proyectos de evangelización, sin reparar en dificultades, movido por su
amor a Dios y a los hermanos», dijo.
El Papa proclamó la necesidad de que los católicos abandonen sus
«egoísmos y comodidades» y hagan pública la expresión de su fe, «un don
que hemos recibido para donarlo y compartirlo con los demás».
La misa fue concelebrada por 17 cardenales y más de 150 obispos de
todo el mundo. Unos 1.200 sacerdotes dieron la comunión a los seguidores
del nuevo beato.
El momento estelar de la misa fue cuando la familia
del niño chileno José Ignacio Ureta Wilson, de 11 años, quien según el
Vaticano se curó en 2003 gracias a un milagro de Álvaro del Portillo,
llevó las reliquias del beato al altar.
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