RÍO DE JANEIRO.- La presidenta de la República de Brasil, Dilma
Rousseff, ha indicado al Papa Francisco que se enfrentan a un enemigo
común, "la desigualdad en todas sus formas", y ha manifestado su
preocupación por la crisis económica mundial para recordar a "los pobres
y los jóvenes, las principales víctimas del desempleo".
Durante su discurso de este lunes en el Palacio de Guanabara,
donde ha recibido al Pontífice en el marco de su viaje a Río de Janeiro
para presidir los actos centrales de la Jornada Mundial de la Juventud,
Rousseff ha precisado que también comparten valores como "la justicia
social, la solidaridad" así como la lucha por "los derechos humanos y la
paz entre las naciones".
En este sentido, se ha referido al Papa Francisco como un líder
religioso que busca la justicia social y ha indicado que confía en que,
ante la crisis económica "que quita las oportunidades de millones en el
mundo", este Papa venido de Latinoamérica, de la "hermana argentina",
puede ayudarles a combatir el hambre y la pobreza del mundo.
Por otra parte, se ha referido al sentimiento que movió durante
las últimas semanas a centenares de gente a salir a la calle y ha
admitido que los jóvenes exigen "más derechos sociales, más educación,
mejor sanidad, seguridad y respeto al medio ambiente" así como "respeto,
ética y transparencia" y "que la política atienda los intereses de la
población y no sea territorio de los privilegiados".
En este momento, Rousseff considera que es buena la celebración de
la JMJ de Río pues genera "alegría, fraternidad, coraje" y es una
oportunidad para descubrir "nuevos valores" y para despertar "esperanzas
de un nuevo mundo".
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