RÍO DE JANEIRO.- El Papa Francisco ha llamado a los obispos a
ir contra la "cultura de la exclusión, del descarte" que ha impuesto
"este humanismo economicista" en la que "no hay lugar para el anciano ni
para el hijo no deseado", así como tampoco para ayudar a los pobres, y
les ha invitado a se "callejeros de la fe". Así lo ha indicado en su
homilía en español durante la Misa con los obispos de la XXVIII Jornada
Mundial de la Juventud y con los sacerdotes, religiosos y seminaristas
en la Catedral de San Sebastián de Río de Janeiro.
En este sentido, ha apuntado que "a veces" parece que, "para
algunos, las relaciones humanas estén reguladas por dos dogmas: la
eficiencia y el pragmatismo" y, ante esta situación, ha exhortado a los
obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas a "tener el valor de ir
contracorriente".
Concretamente, se ha centrado en la importancia de "promover la
cultura del encuentro" y ha afirmado que deben estar "casi obsesionados"
en este sentido. "No queremos ser presuntuosos imponiendo nuestra
verdad. Lo que nos guía es la certeza humilde y feliz de quien ha sido
encontrado, alcanzado y transformado por la Verdad que es Cristo", ha
añadido.
Así, el Pontífice les ha invitado a ser "callejeros de la fe",
pues no se pueden quedar "enclaustrados en la parroquia, en su
comunidad" cuando "tantas personas están esperando el Evangelio", y les
ha instado a acercarse, sobre todo, a los que no suelen ir a la Iglesia
que son "los invitados VIP".
"Pensemos con decisión en la pastoral desde
la periferia, comenzando por los que están más alejados, los que no
suelen frecuentar la parroquia", ha añadido
Además, el Papa ha pedido a obispos, sacerdotes y seminaristas que
"no borren de su vida" a Jesús y que le sean "fieles" pues esto, y no
los encuentros, la creatividad pastoral o las planificaciones, es lo que
asegura "los frutos" de su misión. Concretamente, ha indicado que ser
fieles a Jesús implica "contemplarlo, adorarlo y abrazarlo,
especialmente a través de la fidelidad a la vida de oración", del
"encuentro cotidiano con él en la Eucaristía y en las personas más
necesitadas".
El Papa ha señalado que uno de los aspectos fundamentales de su
vocación es que son "llamados por Dios", un hecho que, a su juicio, se
debe "reavivar" pues "a menudo se da por descontado entre tantos
compromisos cotidianos".
"No se puede ser un desmemoriado, se pierde la
referencia esencial al inicio del camino", ha improvisado.
En este punto, ha recordado algunas palabras de la beata Madre
Teresa de Calcuta: "Debemos estar muy orgullosos de nuestra vocación,
que nos da la oportunidad de servir a Cristo en los pobres. Es en las
favelas, en los cantegriles, en las villas miseria donde hay que ir a
buscar y servir a Cristo".
Por otra parte, se ha centrado en otro aspecto importante de su
vocación: que están "llamados a anunciar el Evangelio" y en el marco de
la JMJ, ha recordado a obispos, sacerdotes y seminaristas que su
compromiso con los jóvenes es "ayudarles a que arda en su corazón el
deseo de ser discípulos misioneros de Jesús" y les ha reclamado que "no
se escatimen esfuerzos en la formación de los jóvenes".
No obstante, ha precisado que, ante esta invitación de ser
misioneros "muchos se pueden sentir asustados" y, por ello, ha remarcado
que hay que explicarles que no significa irse lejos sino que "el primer
lugar donde hay que evangelizar es la propia casa, el ambiente de
estudio, la familia y los amigos".
"Me acuerdo de mi sueño cuando era
joven: ir de misionero al lejano Japón. Pero Dios me mostró que mi
tierra de misión estaba mucho más cerca: mi patria", ha destacado.
Además, ha instado a escuchar con "paciencia" a la juventud.
"Pongámoles la oreja, necesitan ser escuchados --ha reclamado--. Se lo
pido de todo corazón, sepamos perder el tiempo con ellos, sembrar cuesta
y cansa muchísimo y es mucho más gratificante gozar de la cosecha, pero
Jesús nos pide que sembremos en serio", ha puntualizado.
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