ESTAMBUL.- El Papa Francisco ha reivindicado la "plena comunión" de los
cristianos al subrayar ante el Patriarca ortodoxo Bartolomé I que "la
Iglesia Católica no pretende imponer ninguna exigencia", sólo "la
profesión de fe común" al tiempo que ha sentenciado que toda violencia
es "un grave pecado contra Dios".
Durante el tercer y último día del viaje a Turquía, tras haber
participado en la Divina Liturgia, Francisco ha condenado en el
patriarcado ortodoxo de Estambul la violencia contra los cristianos pero
se ha referido también explícitamente a los recientes atentados contra
la Gran Mezquita de Kano en Nigeria donde al menos 120 personas murieron
y otras 270 resultaron heridas.
En la Iglesia Patriarcal de San Jorge, el Papa ha puesto de
manifiesto que "turbar la paz o consentir cualquier tipo de violencia,
especialmente sobre los más débiles e indefensos, es un grave pecado
contra Dios, porque significa no respetar la imagen de Dios que hay en
el hombre".
Durante su discurso, ha dejado claro que lo único que la Iglesia
Católica desea "es la comunión con las Iglesias ortodoxas".
"Un
verdadero diálogo es un encuentro entre personas con un rostro. No sólo
un intercambio de ideas", ha comentado.
"Considero importante reiterar el respeto de este principio como
condición esencial y recíproca para el restablecimiento de la plena
comunión, que no significa ni sumisión del uno al otro, ni absorción,
sino más bien la aceptación de todos los dones que Dios ha dado a cada
uno, para manifestar a todo el mundo el gran misterio de la salvación
llevada a cabo por Cristo, el Señor, por medio del Espíritu Santo", ha
comentado.
El Papa ha enumerado las voces del mundo que piden a todos los
cristianos, católicos y ortodoxos, "vivir plenamente el ser discípulos
del Señor Jesucristo". Según el pontífice estas voces corresponden a los
"pobres", a las "víctimas de los conflictos en todo el mundo" y a los
"jóvenes".
Francisco ha lamentado que en el mundo hay demasiadas mujeres y
demasiados hombres que sufren por "grave malnutrición, por el creciente
desempleo, por el alto porcentaje de jóvenes sin trabajo y por el
aumento de la exclusión social" y ha alertado de que estas
circunstancias pueden conducir a "comportamientos delictivos e incluso
al reclutamiento de terroristas".
Una vez más, el Papa ha clamado contra la indiferencia y ha dicho que
estas personas no solo piden "ayuda material" sino que se les apoye
para "defender su propia dignidad de seres humanos, para que puedan
encontrar las energías espirituales para recuperarse y volver a ser
protagonistas de su historia".
Así, ha llamado a "luchar" a la luz del Evangelio, "contra las causas
estructurales de la pobreza: la desigualdad, la falta de un trabajo
digno, de tierra y de casa, la negación de los derechos sociales y
laborales".
"Como cristianos, estamos llamados a vencer juntos la
globalización de la indiferencia, que hoy parece tener la supremacía, y a
construir una nueva civilización del amor y de la solidaridad", ha
expresado.
¿Cómo anunciar el mensaje de paz?
El Papa también se ha preguntado cómo se puede anunciar "de modo
creíble el mensaje de paz que viene de Cristo" si entre cristianos y
ortodoxos "continúa habiendo rivalidades y contiendas".
"La voz de las
víctimas de los conflictos nos impulsa a avanzar diligentemente por el
camino de reconciliación y comunión entre católicos y ortodoxos", ha
expresado.
Además, ha lamentado que haya jóvenes "que viven sin esperanza,
vencidos por la desconfianza y la resignación" al tiempo que ha
expresado que "nunca podrán alcanzar la verdadera sabiduría y mantener
viva la esperanza", si los cristianos no son "capaces de valorar y
transmitir el auténtico humanismo, que brota del Evangelio y la
experiencia milenaria de la Iglesia".
El Papa Francisco se ha reunido este domingo con el Gran Rabino de
Turquía, Isak Haleva, en la representación pontificia en Estambul,
residencia del pontífice durante su estancia en esta ciudad, según ha
informado el Vaticano.
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