CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco ha advertido de que tener
"piedad" no es "tener lástima de alguien, cerrar los ojos y poner cara
de estampita fingiendo ser como un santo" sino ser capaz de alegrarse
con quien está alegre, de estar cerca de quien está solo, de corregir a
quien está equivocado, de consolar a quien está afligido y de socorrer a
quien está necesitado.
"El don de la piedad no se identifica con tener compasión por
alguien, tener piedad del prójimo, sino que indica nuestra pertenencia a
Dios y nuestro profundo vínculo con Él, un vínculo que da sentido a
toda nuestra vida y nos mantiene unidos, en comunión con Él, incluso en
los momentos más difíciles y atormentados", ha precisado durante la
audiencia general de este miércoles en la Plaza de San Pedro.
Además, ha indicado que tampoco debe interpretarse como un deber o
una imposición sino que es sinónimo de "auténtico espíritu religioso,
de confianza filial con Dios, de aquella capacidad de rezar con amor y
sencillez que caracteriza a los humildes de corazón".
Asimismo, ha precisado que el don de la piedad ayuda a "derramar"
amor también sobre los otros y a reconocerlos como hermanos. "Y entonces
sí que seremos movidos por sentimientos de piedad, ¡no de pietismo!,
hacia quien está cerca y por aquellos que encontramos cada día".
La piedad, según ha apuntado, está en estrecha relación con la
mansedumbre pues hace a las personas "apacibles, tranquilas, pacientes,
en paz con Dios y al servicio de los otros".
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