CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco recibió
este viernes en el Vaticano al nuevo presidente de Argentina, Alberto
Fernández, para una audiencia privada particularmente larga marcada por
la cordialidad y en la que hablaron de la pobreza y la deuda que flagela
a ese país sudamericano.
"Santo Padre, ¡qué gusto verlo!", le
dijo el presidente antes de ingresar a la biblioteca privada del
pontífice en el segundo piso del palacio apostólico.
"¡Bienvenido!", respondió el pontífice quien bromeó luego
con el mandatario al invitarlo a entrar: "Primero el monaguillo", le
dijo.
Con ese gesto simpático el pontífice argentino marcó el tono
del encuentro, de 44 minutos, mucho más largo de lo que suele conceder a
otros mandatarios, inclusive al predecesor de Fernández, Mauricio
Macri.
Los dos líderes, que se conocen desde hace años, abordaron
varios temas de interés común, entre ellos el alivio de la deuda externa
argentina, una prioridad del gobierno de Fernández.
"Se examinó
la situación del país, con especial referencia a algunos problemas como
la crisis económica financiera, la lucha contra la pobreza, la
corrupción, el narcotráfico, la promoción social y la protección de la
vida desde su concepción", anunció en un breve comunicado el Vaticano.
El
mandatario peronista de centroizquierda, quien asumió el poder en
diciembre, reconoció luego en una rueda de prensa en la residencia de la
embajada argentina ante la Santa Sede, que hablaron "mucho" de la
pobreza y de la deuda externa, temas en que aseguró que tienen muchas
coincidencias.
"El papa ya nos está ayudando mucho y lo valoro.
Porque es un argentino preocupado por su patria y por su gente. La deuda
trajo pobreza a la sociedad", recalcó Fernández.
"El papa va a hacer lo que pueda hacer para ayudarnos", agregó.
El
mandatario argentino recibió un país en recesión desde mediados de
2018, con uno de los índices de inflación más altos del mundo (53,8% en
2019) y pobreza de cerca del 40%.
Al
término de la audiencia, el papa recibió a la delegación argentina,
formada entre otros por la pareja del presidente, Fabiola Yánez,
rigurosamente vestida de negro, y el canciller Felipe Solá.
Durante
el tradicional intercambio de regalos el papa le obsequió al mandatario
sudamericano una escultura de bronce dedicada a la paz.
"Es lo que quiero de ustedes, que sean mensajeros de paz", dijo al entregarla.
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