CIUDAD DEL VATICANO.- El Vaticano reafirmó la enseñanza católica que indica que
los sacerdotes no pueden revelar lo que conocen a través de la
confesión, en aparente respuesta a iniciativas en Australia y otros
países que buscan obligarles a hacerlo en casos de abusos sexuales.
Un
documento de la Penitenciaria Apostólica del Vaticano, que se ocupa de
los asuntos relativos al sacramento de la confesión, indicó que ningún
gobierno o ley puede obligar a los clérigos a violar el sello, “porque
este cometido procede directamente de Dios”, al tiempo que se quejó del
“preocupante prejuicio negativo contra la Iglesia Católica”.
Los
sistemas legales de la mayoría de países respetan el derecho religioso
de un cura a no revelar lo que conoció durante la confesión, un
mecanismo similar al privilegio abogado-cliente. No obstante, la crisis
generada por los abusos sexuales que ha complicado a la Iglesia Católica
en todo el mundo ha hecho que este derecho sea cada vez más puesto en
duda.
En
Australia, una investigación sobre abusos infantiles recomendó la
introducción de una ley que obligue a los líderes religiosos a denunciar
estos casos, incluidos los sacerdotes que haya conocido los hechos en
confesión.
Hasta la fecha, dos de los ocho estados australianos
han aprobado leyes que consideran un delito que un sacerdote se guarde
información sobre abusos escuchada en confesión. Otros siguen evaluando
su respuesta.
En mayo, el Senado estatal de California aprobó una
ley que exige la violación del secreto de confesión si un cura conoce o
sospecha de un abuso sexual en el transcurso de una confesión de un
compañero religioso o de un trabajador de la Iglesia.
Los
líderes eclesiásticos de Estados Unidos y Australia se opusieron a
estas leyes y el documento les apoyó sin ambages. “Cualquier acción
política o iniciativa legislativa que busque romper la inviolabilidad
del sello sacramental constituiría una ofensa inaceptable contra la
(libertad de la Iglesia)”, indicó.
“(La Iglesia) no recibe su
legitimidad de los Estados individuales, sino de Dios; esto (romper el
sello) constituiría también una violación de la libertad religiosa,
fundamental legalmente para todas las restantes libertades, incluida la
de conciencia de los ciudadanos individuales, tanto penitentes como
confesores”, señaló.
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