CIUDAD DEL VATICANO.- "¡Os animo a ir más allá, a mantener vivo el celo apostólico, a
llegar a las periferias!". Es la exhortación que el Santo Padre
Francisco ha hecho a los cerca de 8.000 integrantes del Movimiento de
Cursillos de Cristiandad de toda Europa que han mantenido un
encuentro con él en el aula Pablo VI del Vaticano.
Un Papa Francisco que no ha dudado en saludar detenidamente a los cientos de cursillistas que se agolpaban en el pasillo central y que incluso ha puesto deberes para llevar a casa: repasar, a las puertas del Año de la Misericordia, las obras de misericordia corporales y espirituales.
El Santo Padre ha recordado a los presentes que "ustedes han sido llamados a dar fruto", y ha puesto de manifiesto que lo hacen con simpatía, con acompañamiento, con amistad y sin "proselitismo. La Iglesia no crece por el proselitismo, sino por el testimonio. El proselitismo no es paciente, y hace falta paciencia. Hay que sembrar en la amistad".
Y es que, "cuando ustedes se dan cuenta de que en su vida Dios ha sido tan misericordioso", es inevitable que se quiera comunicar a los demás. Y ha incidido el Santo Padre en que "el Señor sólo quiere que lo acojamos, sin nada a cambio. Dile a los demás lo que el Señor ha hecho contigo. ¡Esto es el testimonio!".
El
Santo Padre ha vuelto a insistir en una de las líneas fundamentales de
su pontificado: el perdón de Dios. "Cada vez que pedimos perdón, Él nos
perdona, porque sabe que somos débiles, tenemos todos el título de
'pecadores', y Él nos recibe siempre con amor". Y para encontrarse con
este amor, Francisco ha dado las claves: sacramentos, especialmente
Eucaristía y confesión, la Iglesia, que es madre, y la Biblia: "Siempre
recomiendo llevar una Biblia de bolsillo para aprovechar momentos y
leerla, como cuando uno está esperando en el dentista...", ha
sentenciado.
También el Pontífice ha querido recordar la importancia de "salir de la propia comodidad y ayudar a los hombres a descubrir la belleza de la fe y de la vida de gracia, que se puede vivir en la Iglesia" y ha agradecido a los cursillistas "todo lo que hacen en la Iglesia, ¡que es tan bello!" y que en definitiva es "ayudar a encontrar a Jesús".
El Movimiento de Cursillos de Cristiandad nació en 1949 en Palma de Mallorca, España, de la mano de monseñor Sebastián Gayá, Eduardo Bonín (por entonces consiliario y presidente de los jóvenes de Acción Católica, respectivamente) y el que fuera obispo de Mallorca, monseñor Hervás.
También el Pontífice ha querido recordar la importancia de "salir de la propia comodidad y ayudar a los hombres a descubrir la belleza de la fe y de la vida de gracia, que se puede vivir en la Iglesia" y ha agradecido a los cursillistas "todo lo que hacen en la Iglesia, ¡que es tan bello!" y que en definitiva es "ayudar a encontrar a Jesús".
El Movimiento de Cursillos de Cristiandad nació en 1949 en Palma de Mallorca, España, de la mano de monseñor Sebastián Gayá, Eduardo Bonín (por entonces consiliario y presidente de los jóvenes de Acción Católica, respectivamente) y el que fuera obispo de Mallorca, monseñor Hervás.
El primer Cursillo de Cristiandad fue fruto
de toda la preparación que se había hecho para una peregrinación a
Santiago de Compostela meses antes con los jóvenes. Desde entonces, más
de siete millones de personas de todo el mundo han hecho un Cursillo y el
Movimiento se ha implantado en cerca de 90 países. El Papa San Juan
Pablo II lo definió como "un instrumento suscitado por el Espíritu Santo
para anunciar el Evangelio al hombre se hoy".
El
Papa Francisco ha vuelto a mostrar su lado más espontáneo al empezar su
intervención pidiendo perdón a los cursillistas "por tantos cambios"
como ha habido en la organización. Y es que, en un principio, el
encuentro estaba previsto para el 1 de mayo, aunque hace escasamente
tres semanas se informó del adelanto al 30 de abril, con lo que esto
supuso de reorganización de viajes, vuelos y alojamientos.
"Sabéis que
el Papa es infalible cuando hace definiciones dogmáticas, cosa que no es
muy habitual -ha señalado el Pontífice-, pero el Papa también tiene
defectos, y es que es poco ordenado e indisciplinado. Y por esta
confusión les pido disculpas". A lo que los presentes en el aula Pablo
VI han respondido con un fuerte aplauso.
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