CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco ha calificado hoy como un crimen de lesa humanidad
todas las formas de esclavitud moderna, como la prostitución, la trata
de personas, o la venta de órganos, durante la ceremonia de la firma de
un acuerdo con líderes de varias confesiones religiosas para erradicar
esta lacra en el mundo antes de 2020.
"Declaramos en cada uno de nuestros credos, que la esclavitud moderna
en todas sus formas, prostitución, trabajos forzados, mutilación, venta
de órganos o trabajo de niños, es un crimen de lesa humanidad", ha
clamado el Papa en su intervención.
En el acto han participado representantes de varias confesiones: por
la hindú Mata Amritanandamayi; el rabino argentino Abraham Skorka; el
rabino David Rosen del Comité Judío Americano; el ortodoxo francés
Emmanuel; el gran ayatolá iraquí Mohammad Taqi al-Modarresi; el
arzobispo de Canterbury, Justin Welby y representantes budistas, entre
otros.
El Pontífice argentino ha explicado que la esclavitud moderna, a
pesar de todos los esfuerzos, sigue siendo un "flagelo atroz" y está
presente en gran escala en todo el mundo, "incluso en el turismo", y ha
lamentado que este crimen "se enmascara en costumbres aceptadas". Y ha
denunciado que la esclavitud moderna la encontramos "en las calles, las
fábricas, en los apartamentos, en las ciudades y en las aldeas, en las
naciones ricas y más pobres" y que lo peor es "que está situación se
agrava cada día más". Sus víctimas son de toda condición, ha agregado el
Papa, aunque "la mayoría que la sufren son los más pobres y
vulnerables".
Bergoglio ha hecho hincapié en que "cada ser humano es una persona
libre" y "todas las personas son iguales y se las tiene que reconocer la
misma dignidad y libertad". Y ha recordado que con la firma de esta
"iniciativa historia", las confesiones religiosas declararán que
trabajaran juntas "para erradicar el terrible flagelo de la esclavitud
moderna en todas sus formas, sexual, psicológica, de hombres, mujeres,
niños y niñas, que encadena a decenas de millones personas a la
humillación y a la deshumanización".
El Papa ha realizado un llamamiento a todas las naciones, a sus
líderes y Gobiernos, a las empresas, y a todas las personas de buena
voluntad "para que se unan a esta lucha en todas sus formas". Ha instado
a ayudar y dar apoyo siempre "a los ancianos, a los refugiados, a los
jóvenes obligados al comercio sexual, a las mujeres prostituidas por
engaño o los niños mutilados de sus órganos...".
"Les aseguro que todo
lo que hicieron con mis hermanos lo hicieron conmigo", ha aseverado.
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