CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco ha decidido poner fin al servicio del comandante de la Guardia Suiza, el cuerpo militar encargado de la seguridad del Estado de la Ciudad del Vaticano,
el coronel Daniel Rudolf Anrig, a partir del 31 de enero de 2015, dos
meses antes de que terminara su mandato, por ser demasiado estricto.
Según ha informado el medio francés especializado en información
vaticana Imedia, algunos guardias suizos han puesto en evidencia que el
comandante Anrig era demasiado estricto. Por otro lado, ha adelantado
que su sucesor podría ser el actual vicecomandante de la Guardia suiza, Christophe Graf, protagonista de una brillante carrera interna.
Por su parte, el periódico italiano online Lettera ha explicado que
aunque se ha confirmado la estima al coronel Anrig, la decisión del
Pontífice estaría ligada a dar una connotación menos militar al cuerpo
de la Guardia Suiza.
Además también ha detallado que otras fuentes, que
no han sido reveladas, han indicado que a Francisco no le ha gustado que
el coronel Anrig se hubiera asignado un lujoso apartamento y que no es casual que se haya filtrado durante la visita 'ad límina' de los obispos suizos.
Tal y como ha referido 'L'Osservatore' Romano', el Papa deberá proceder al nombramiento de otro comandante de la Guardia suiza
dos meses antes de que terminara su encargo. El comandante Daniel
Rudolf Anrig fue nombrado en 2008 por Benedicto XVI, remplazando a Elmar
Mäder.
Las rígidas reglas de ese histórico
cuerpo han sorprendido al papa argentino, quien suele conversar con
ellos y llegó incluso a invitar a uno de ellos a quebrar las órdenes
pidiéndole que descansara tras descubrir que había pasado la noche
entera de pie.
"Es el fin de una dictadura", confesó un guardia tras ser informado de la salida de Anrig.
En mayo pasado, Francisco elogió "la profesionalidad" de la Guardia Suiza
vaticana, a la que instó a servir con "gentileza y fraternidad", con
ocasión del aniversario del saqueo de Roma en 1527, cuando el ejército
pontificio fue diezmado por defender al papa.
"Durante su estancia en Roma están
llamados a atestiguar su fe con alegría y con la amabilidad del trato.
¡Qué importante es esto para tantas personas que pasan por la Ciudad del
Vaticano! ¡Pero también es importante para los que trabajan aquí, en la
Santa Sede, y para mí! Su presencia es una señal de la fuerza y de la
belleza del Evangelio", afirmó Francisco durante la ceremonia.
Reconocidos y apreciados en todo el mundo por sus vistosos uniformes
renacentistas de rayas color azul, amarillo y rojo, que según la leyenda
fueron diseñados por el célebre maestro Miguel Angel Buonarrotti, la
Guardia Suiza del Papa está compuesta por hombres, todos ciudadanos
suizos católicos, la mayoría de habla alemana.
Armados sólo de alabardas, los
soldados del Papa están encargados de la vigilancia y el orden en el
pequeño territorio del Vaticano, de poco más de 44 hectáreas,
garantizando la seguridad del Sumo Pontífice además de ayudar
diariamente a los turistas y peregrinos que visitan sus jardines, museos
y la basílica de San Pedro.
Ese "pequeño ejército de grandes ideales", como lo llamó el pontífice, es ante todo un ejército de "jóvenes".
No es suficiente ser suizo para
ingresar en la Guardia Suiza, ya que además hay que ser soltero, tener
entre 19 y 30 años, medir al menos 1,74m, "ser católico romano" y tener
"una reputación intachable", sin olvidar ciertos conocimientos de artes
marciales.
Las rígidas reglas de ese histórico
cuerpo han sorprendido al Papa argentino, quien suele conversar con
ellos y llegó incluso a invitar a uno de ellos a quebrar las órdenes
pidiéndole que descansara tras descubrir que había pasado la noche
entera de pie.
"Es el fin de una dictadura", confesó un guardia tras ser informado de la salida de Anrig.
No hay comentarios:
Publicar un comentario