MADRID.- Monseñor Renzo Fratini, nuncio apostólico en España, respondió el
pasado 12 de junio por carta a una plataforma de afectados de bebés
robados que, en las circunstancias en las que se encontraba el
«proceso», no creía necesaria «la inclusión del Santo Padre» para actuar
como mediador y ayudar a las víctimas de una trama en las que
presuntamente estuvieron implicados religiosos y centros médicos afines.
La sonora negativa del portavoz del Vaticano a que el Papa Francisco
reciba en una audiencia a Carmen del Mazo y Mar Soriano, portavoz de la
'Plataforma Afectados Clínicas de Toda España, causa niños robados', se
explica en una misiva de tres párrafos.
Del Mazo, exmonja de la Congregación de las Hijas de la Caridad, y
Soriano, que busca a su hermana «robada» al nacer en la Maternidad de
O'Donnell de Madrid en 1964, mandaron una carta el 29 de mayo a la
Nunciatura en la que declaraban su decepción por la primera negativa
obtenida por la Santa Sede en octubre pasado. El 12 de junio monseñor
Fratini les contestó que ante el interés mostrado por mantener un
encuentro con el Papa, «en orden a acelerar el proceso que permita el
encuentro y reunión de aquellos niños con sus verdaderos padres», él no
tendría ningún inconveniente en recibirles.
Sin embargo, prosigue que
teniendo en cuenta que la causa «está en manos de la Justicia» y que el
presidente de Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, les ha
garantizado su colaboración, «no creo que sea necesario la inclusión del
Santo Padre en dicho proceso».
Como era previsible, la misiva ha sentado muy mal a las
representantes de la plataforma, que no entienden la razón objetiva por
la que el nuncio apostólico quiere sacar del caso al Papa. No obstante,
las sospechas de ambas es que hay presiones de antiguos responsables del
Episcopado para «acallar» su reivindicación, pese al «gesto cercano y
sincero de colaboración» que demostró el actual presidente Blázquez en
la reunión del 20 de mayo. La primera vez que el responsable de los
obispos recibía a una víctima de esta trama masiva judicializada.
De aquella cita salieron con la palabra de Blázquez de que la Iglesia
abriría sus archivos para aquellos particulares que reclamen documentos
relacionados con supuestos casos de bebés robados. Además, éste se
mostró de acuerdo en que las personas que tengan dudas sobre la posible
sustracción de sus hijos en un hospital o clínica privada, o las
familias que busquen a sus allegados, puedan acudir a su diócesis para
solicitar las partidas de bautismo o de defunción del afectado.
Así, la predisposición del presidente de la Conferencia Episcopal
contrasta con la del nuncio apostólico y su negativa a involucrar al
Papa en la mediación de este «proceso». Las portavoces de la plataforma
recuerdan, además, que en febrero pasado el Comité de Derechos del Niño
de la ONU hizo una mención explícita en un informe a la trama de bebés
robados en España y sus posibles vínculos con la Iglesia católica.
«La
agencia insta a la Santa Sede a castigar a los responsables» y a
«facilitar a las víctimas información sobre su filiación biológica», con
el fin de que puedan localizar a sus verdaderos progenitores, señalaba
el documento.
«Ha sido preocupante el descubrimiento en el 2011 en España de que
centenares de bebés fueron despojados de sus madres y vendidos por una
red de médicos, sacerdotes y monjas» a otras familias, indica el comité
de la ONU. Y señala que el caso se asemeja al de las lavanderías de
Magdalena, en Irlanda, donde entre 1922 y 1996 varios niños fueron
sustraídos a mujeres que vivían en esos asilos en estado de
semiesclavitud.
Sorprendió también a la plataforma de bebés robados que el Papa
Francisco eludiese mencionar siquiera esta trama delictiva en su homilía
del 7 de julio, en la que expresó su «dolor» por los «crímenes graves
de abusos sexuales cometidos por el clero y por los pecados de omisión
por parte de líderes de la Iglesia». También hizo mención a las
denuncias ocultas «tanto tiempo» y a la necesaria protección de los
menores
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