CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa ha pedido hoy a los líderes políticos "valor" para
evitar la propagación de conflictos y para acabar con el tráfico de
armas, tras la bendición 'Urbi et Orbi' a la ciudad y al mundo que el
Pontífice imparte dos veces al año: al final de la Semana Santa y en
Navidad. "Que en los momentos más complejos y dramáticos de los pueblos,
el Señor Resucitado guíe los pasos de quien busca la justicia y la
paz", ha instado.
Asomado al balcón de la logia central de la basílica de San
Pedro, Francisco ha hecho un repaso de la violencia y el sufrimiento que
aflige al mundo al recordar las "víctimas de antiguas y nuevas
esclavitudes". Así, se ha referido a los "trabajos inhumanos, tráficos
ilícitos, explotación y discriminación, graves dependencias".
En este
sentido, ha hecho especial hincapié en los niños y adolescentes que "son
privados de su serenidad para ser explotados y de quien tiene el
corazón herido por las violencias que padece dentro de los muros de su
propia casa".
El Papa ha recordado que Cristo Resucitado va a buscar "a
quien está perdido en los laberintos de la soledad y de la marginación".
En este sentido, ha nombrado a los que "se ven obligados a dejar la
propia tierra a causa de los conflictos armados, de los ataques
terroristas, de las carestías, de los regímenes opresivos".
"A estos
emigrantes forzosos, les ayuda a que encuentren en todas partes
hermanos, que compartan con ellos el pan y la esperanza en el camino
común", ha señalado.
Francisco ha aprovechado la bendición apostólica para
enumerar los conflictos abiertos en el mundo comenzando por la guerra en
Siria. "Que en estos tiempos el Señor sostenga de modo particular los
esfuerzos de cuantos trabajan activamente para llevar alivio y consuelo a
la población civil de Siria, víctima de una guerra que no cesa de
sembrar horror y muerte", ha señalado.
Precisamente, de forma improvisada, Francisco ha condenado
el ataque con explosión de un coche bomba a las afueras de la ciudad de
Alepo, en el que se encontraban unos 5.000 evacuados de los pueblos
chiítas de Fua y Kefraya. "Ayer mismo el último ataque despreciable a
los refugiados que provocó muertes y heridos", ha especificado.
El Pontífice ha pedido la paz en todo el Oriente Medio,
especialmente en "Tierra Santa, como también en Irak y en Yemen".
Además, ha nombrado algunos conflictos en África como "Sudán del Sur,
Somalia y República Democrática del Congo", de los que ha dicho "que
padecen conflictos sin fin, agravados por la terrible carestía que está
castigando algunas regiones".
El Papa se ha detenido en América Latina, pero no ha hecho
especial mención de ningún conflicto, sino que ha instado a construir
"puentes de diálogo, perseverando en la lucha contra la plaga de la
corrupción y en la búsqueda de válidas soluciones pacíficas ante las
controversias, para el progreso y la consolidación de las instituciones
democráticas, en el pleno respeto del estado de derecho".
Además, ha
denunciado que las tensiones políticas y sociales son en algunos casos
"sofocadas con la violencia".
Asimismo, se ha detenido en Ucrania, "todavía afligida por
un sangriento conflicto, para que vuelva a encontrar la concordia y
acompañe las iniciativas promovidas para aliviar los dramas de quienes
sufren las consecuencias".
Sobre Europa, finalmente ha pedido que se "dé
esperanza a cuantos atraviesan momentos de dificultad, especialmente a
causa de la gran falta de trabajo sobre todo para los jóvenes". Antes de
la bendición, el Pontífice ha recorrido la plaza de San Pedro en el
papamóvil para saludar a los fieles que estaban reunidos allí.
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