ATENAS.- El Papa Francisco ha aterrizado este sábado en la isla griega de
Lesbos a las 10,05 horas (9,05 horas de España) para encontrarse con
cientos de refugiados del centro de detención de Moria. El Pontífice ha
asegurado en el vuelo de ida que se trata de un viaje “triste” porque va
a ver “la catástrofe humanitaria más grande desde la II Guerra Mundial”
y ha hablado con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, sobre la
necesidad de garantizar procedimientos seguros de reasentamiento en
Europa ante la crisis de refugiados.
“Es un viaje un poco diferente a los otros. En los viajes apostólicos,
vamos a hacer tantas cosas: ver a la gente, hablar. También está la
alegría del encuentro. Pero este es un viaje marcado por la tristeza y
esto es importante. Es un viaje triste. Vamos a encontrarnos con la
catástrofe humanitaria más grande desde la II Guerra Mundial”, ha
explicado Francisco a los periodistas que le acompañaban en el avión,
según informa Radio Vaticana.
En este sentido, ha avisado de que van a ver “mucha gente que sufre, que no sabe dónde ir,
que ha tenido que huir” y que van a visitar “un cementerio: el mar”. El
Papa ha querido aclarar este punto antes de tocar suelo griego “no para
amargar” sino para animar a los medios de comunicación a transmitir el
ánimo con que realiza esta visita.
Francisco ha sido recibido en el aeropuerto de Lesbos por el primer
ministro griego Alexis Tsipras, por el Patriarca de Constantinopla
Bartolomé y por el arzobispo de Atenas y de toda Grecia, Jerónimo. Tras
la ceremonia de bienvenida en la pista, Francisco se ha reunido con
Tsipras en privado y le ha explicado que también ha viajado a Grecia
para agradecer a su pueblo su “generosidad” a pesar de la crisis
económica que atraviesa el país.
“Grecia es la cuna de la humanidad y se ve que continúa dando ejemplo de humanidad
y mostrando de forma valiente esta generosidad”, ha indicado Francisco.
Por su parte, Tsipras ha agradecido al Papa sus mensajes contra la
guerra y para invitar a la acogida en un momento en el que otros “alzan
barreras en Europa”.
El portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, ha explicado
que ambos líderes han subrayado que la crisis de los refugiados es un asunto “europeo e internacional”
que pide “una respuesta comprensiva que respete las leyes europeas e
internacionales”. Asimismo, han coincidido en la necesidad de proteger a
las personas del riesgo de cruzar los mares Egeo y Mediterráneo,
combatiendo las redes de traficantes, eliminando las rutas peligrosas y
desarrollando procedimientos seguros de reasentamiento en Europa.
Este mismo sábado el Papa ha publicado un mensaje en su cuenta de Twitter en el que recuerda que los refugiados “no son números sino personas con rostros,
nombres e historias, y deben ser tratados como tales”. Además, en un
telegrama enviado al presidente de la República Italiana, Sergio
Mattarella, al dejar suelo italiano, le explica que el motivo de su
viaje es “llevar consuelo y fuerza a los refugiados”.
También ha enviado desde el avión un mensaje al Papa Benedicto XVI
felicitándole por su 89 cumpleaños. “Le enviamos nuestras felicitaciones
más afectuosas y pedimos al Señor que continúe bendiciendo su precioso
servicio de cercanía y oración para toda la Iglesia”.
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